These Shoes tell stories, she thought.

El dolor de sus pies cansados y la historia detras de ellos...

domingo, 19 de septiembre de 2010

Deje mi Cadaver

Deje mi cadáver a orilla de la carretera y me vine llorándome. La ciudad es enorme como un enorme hospicio. Fría y acogedora, oscura e iluminada como la cárcel. Vine buscando al amor. Pensé que el amor era el único refugio contra los bombardeos nocturnos. Y encontré que el amor no podía salvarse. El amor dura sólo un instante. Es corrompido por el tiempo, no soporta la ausencia, apesta con las horas, se somete a las glándulas, está a la intemperie. Mi pequeño jardín estaba agusanado. Nada de lo que dejé encontré. Ni un pétalo ni una brizna de aire. ¿Qué voy a hacer ahora? Tengo ganas de ponerme a llorar, estoy llorando. Quiero reunir mis cosas, algún libro, una caja de fósforos, cigarros, un pantalón, tal vez una camisa. Quiero irme. No sé a dónde ni para qué, pero quiero irme. Tengo miedo. No estoy a gusto. ¿Qué va a ser de mis hijos? Ojalá que crezcan indiferentes o ignorantes. Hay que aturdirse. Por eso es bueno el rocanrol, el tuist, el mozambique. ¿Habrá que vivir borracho de algo, como decía Baudelaire? Pero esta borrachera lúcida del tiempo y de la gente ¿no es demasiado? ¡Te quiero! ¡Te quiero cucaracha, María, Rosa, lepra, Isabel, cáncer, hepatitis, Gertrudis, manzana, mariposa, becerro, nogal, río, pradera, nube, llovizna, sol, escarabajo, caja de cartón, te quiero, flor pintada, plumero, amor mío! Te quiero. No puedo vivir sin nadie. Me voy.

Soy mi Cuerpo

Soy mi cuerpo. Y mi cuerpo está triste, está cansado. Me dispongo a dormir una semana, un mes; no me hablen.

Que cuando abra los ojos hayan crecido los niños y todas las cosas sonrían.

Quiero dejar de pisar con los pies desnudos el frío. Échenme encima todo lo que tenga calor, las sábanas, las mantas, algunos papeles y recuerdos, y cierren todas las puertas para que no se vaya mi soledad.

Quiero dormir un mes, un año, dormirme. Y si hablo dormido no me hagan caso, si digo algún nombre, si me quejo. Quiero que hagan de cuenta que estoy enterrado, y que ustedes no pueden hacer nada hasta el día de la resurrección.

Ahora quiero dormir un año, nada más dormir.
Yo me rio de ustedes que piensan que soy triste , como si la soledad o mi zapato me apretaran el alma.

Todos los nombres

Le besé la mano como la primera vez, pero entonces ocurrió algo que no esperaba, ella mantuvo mi mano agarrada y se la llevó a los labios. Jamás en mi vida una mujer me había hecho esto, lo sentí como un choque en el alma, un estremecimiento del corazón y aún ahora, de madrugada, tantas horas pasadas mientras escribo en el cuaderno los acontecimientos de este día, miro mi mano derecha y la encuentro diferente, aunque no sea capaz de decir en que consiste la diferencia, debe de ser cosa de dentro, no de fuera.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Todas las Aves

Mataremos a todas las aves.
A todas. A todas, dijeron los cuervos al anochecer.

Y en el silencio de la noche oí
cómo alguien en el jardín estaba matando a mis aves.
Y supe
que ahora mis mañanas
estarían sin canción
y sentí
cómo la tristeza se apoderaba de mi alma.

A todas. A todas las aves, dijeron.

Y sentí
cómo batían alrededor de mí
sus alas oscuras
y cómo detrás de ellas me observaban
los ojos amarillos de los cuervos.
¿Qué buscas, cuervo?, pregunté.
Bajo la corteza de mi cráneo
no escondo ningún ave.
A todas. A todas las aves.
Las mataremos a todas, dijo.
Y temí
que una noche
me partiera el cráneo
a través de oscuros sueños
y que fuera a buscar con su pico demencial,
si en el nido de mis pensamientos
no se esconden las aves cantoras.

A todas. A todas las aves, resollaría.

Ahora siento por todas partes en mi nuca
los ojos amarillos del cuervo.
Mi alma está atravesada.
Mi alma es un ave muerta.

A todas. Las mataremos a todas.
A todas las aves, crascitan los cuervos
bajo el cielo oscuro.

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aún así, no me interesa ser otra..